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Puntuación del discurso de Obama según los parámetros de la EFF |
En respuesta al escándalo político y la indignación de la gente, el gobierno en Washington usa la misma vieja y manida táctica que lleva usando desde hace décadas ante los escándalos politicos más relevantes. Predeciblemente, es la que da forma a su discurso del viernes para anunciar “reformas” de la NSA tras siete meses de controversia internacional.
La meollo de la cuestión consiste en validar y canalizar el enfado del público reconociendo que “han surgido cuestiones serias”. Prometen cambios para arreglar el sistema y aseguran que estos problemas no volverán a ocurrir. Y luego se ponen, con sus acciones, a hacer exactamente lo contrario: hacer el sistema más bonito y políticamente digerible, “reformas” cosméticas para aplacar la ira del público y dejar el sistema sin cambios sustanciales e incluso más inmune a la supervisión.
Este fraude ha sido usado tantas veces que ahora es muy reconocible. A mediados de los 70, el Senado destapó abusos de los sistemas de vigilancia que se remontaban décadas atrás, generando furia en el público. En respuesta, el Congreso estadounidense promulgó una nueva ley (FISA) que introducía dos “salvaguardias” principales: supervisión judicial para la vigilancia doméstica y nuevos comités para asegurar el cumplimiento de la ley de la comunidad de inteligencia.